Este gráfico representa la órbita de la Luna alrededor de la Tierra y señala los puntos de Perigeo (Valor 100%) y Apogeo (Valor 0%) aumentando o disminuyendo estos valores en forma proporcional según la ubicación de la Luna en su órbita. Este razonamiento es extensivo para cualquier otro planeta del Sistema Solar.
Existen, en la práctica astrológica, elementos orbitales de uso no del todo frecuentes en la evaluación y la interpretación de sus símbolos, pero que en caso de ser tenidos en cuenta pueden aportar conceptos más sutiles en el momento de obtener conclusiones más acertadas al evaluar un tema natal.
Tal es el caso de lo que se denomina Valores de Distancia (VD), dato astronómico que mediante la aplicación de un valor porcentual (entre 0 y 100) mide la mayor o menor cercanía de cualquier planeta con respecto a la Tierra, adjudicándole un valor del 100 por ciento cuando el planeta al trazar su órbita se encuentra en el punto más cercano a la Tierra, mientras que le adjudica un valor porcentual del 0 por ciento cuando este mismo planeta se ubica en el punto orbital más alejado de nuestro planeta.
Todos los planetas describen órbitas elípticas y en la conformación de dicho elipse existen dos puntos en relación a la ubicación del planeta con respecto a la Tierra: uno de estos puntos es el Perigeo, nombre con el que se conoce el punto de mayor cercanía al planeta Tierra, y el otro es el Apogeo, punto en el que el planeta se encuentra en el extremo más alejado de la elipse, o sea de la Tierra.
La recurrente simplificación por la que, desde hace varias décadas, transita la práctica astrológica, alimentada por la abundante proliferación de software que “todo lo hace” y “todo lo tiene”, pero que al momento de ser aplicado provoca en la mayoría de los astrólogos la sensación de no comprender en forma correcta el procedimiento realizado, azuza cada vez más la discusión sobre las eternas preguntas que los estudiantes de esta disciplina formularon (y aún formulan) a sus profesores, sobre cual de todos los sistemas de “direcciones” es el correcto o el más eficiente, a la hora de establecer la fecha de realización de un pronóstico basado en la ciencia astrológica. Quienes durante años estudiamos los diferentes métodos para “direccionar” un planeta y llevarlo al aspecto con otro llegamos a comprobar que su efectividad siempre fue alta, independientemente del método y la clave utilizados para el cálculo de dichas direcciones planetarias.
Si Adolf Hitler no murió en Paraguay el 5 de Febrero de 1971, como lo afirma en su libro “Tras los pasos de Hitler” el periodista e investigador barilochense Abel Basti, es porque algún astrólogo eligió esta fecha y “puso los planetas con la mano” para justificar que la teoría es cierta, por lo menos a la luz de la astrología. La técnica astrológica convalida con un enorme grado de certeza la exactitud de esta fecha como la más probable para el momento de su muerte en desmedro de la históricamente conocida, del 30 de abril de 1945, en la que se supone que por mano propia, Eva Brown y Adolf Hitler terminaron con sus días.
El sistema ideado por el astrólogo francés Dom Neroman, es uno de los métodos utilizados para poder determinar el estado evolutivo de una persona. Nos indica nuestras debilidades y falencias, y la posibilidad cierta o no, que tenemos, para revertir o modificar determinado tipo de situaciones. Llegamos a la vida con una impronta o una herencia, que puede o no ser mejorable. En la medida en que avanzamos y superamos nuestras dificultades y obstáculos, fortaleciéndonos en nuestras debilidades, podemos decir que estamos evolucionando.
Son dibujos geométricos con siete vértices donde se ubican los planetas conocidos en la antigüedad por su percepción a simple vista, es decir Sol, hasta Saturno, siguiendo en su ubicación el orden con sentido contrario a las agujas del reloj.