El mágico poder de las piedras preciosas

La creencia en el poder mágico de las gemas proviene de las profundidades de la prehistoria. Son tantas las leyendas urdidas alrededor de la magia de las piedras que solamente nos referiremos a las más tantes. Es curioso como los nombres de las piedras han ido cambiando con el tiempo, pero siguiéndoles la huella histórica, es posible identificar a casi todas. Una profunda influencia ejerció en la mística de las piedras el pectoral de Aarón, Sumo Sacerdote de los judíos, tal como lo describe la BIBLIA (Éxodo, cap. 28 y 39). Este pectoral de oro contenía doce piedras dispuestas en cuatro filas de tres, en esta forma, según la versión inglesa de la Biblia.

 

 

Sarda

 Topacio

 Carbunclo     

Esmeralda

 Zaphiro

 Diamante     

Ligure

 Agata

 Amatista     

Berilo

 Onix

 Jaspe      

          Fue confeccionado en el año 1250 a.C., por orden de Moisés, bajo inspiración divina. De todas las piedras anotadas, solo el Ligure no ha podido ser identificado. Es probable que lo que ellos llamaban Diamante sea en realidad cristal de roca, pues en esa época no se conocía la talla del Diamante. El Zaphiro, es con toda certeza el Lapislázuli, el Jaspe puede haber sido Cornalina, el Carbunclo se refiere al Granate, y el Berilo al Peridotio. Cada una de estas piedras tenía grabado el nombre de cada una de las doce tribus de Israel.

          Es tanta la cantidad de figuritas talladas y piedras labradas que se encuentran en las tumbas egipcias, asirias, incásicas, aztecas, mayas, etc., que por si solas sirven como fuerte evidencia de las creencias de esos pueblos. Hasta no hace mucho se creía que los rubíes y otras piedras de colores intensos maduraban igual que las frutas, y cuando no tenían buen color se decían que habían sido recogidos prematuramente, antes de alcanzar la completa sazón. A muchas gemas se les confería el poder de proteger a sus dueños contra maleficios, atentados, enfermedades y sobre todo, envenenamientos, tan comunes en la antigüedad.

          Como cada piedra protegía contra algo en especial, era muy frecuente que se hicieran collares con diferentes piedras, en prevención de varios males, pero veamos algunas leyendas de algunas piedras bien conocidas:

 

AGATA: (La piedra de la ciencia)

          El ágata era la octava piedra del pectoral hebreo y considerada como la piedra de los nacidos bajo los signos de Cáncer y Piscis. Fue muy venerada por los antiguos y se la consideraba como la piedra de la ciencia. Plinio el viejo, decía que el ágata de la India era el mejor remedio para las enfermedades de los ojos, en cambio el Ágata Egipcia era muy efectiva contra las mordeduras de arañas y picaduras de escorpiones.

          Las ágatas de Aleppo, en Arabia, llamadas ágatas de ojo, debido a la similitud con el dibujo ocular ya que tienen una especie de pupila y círculos concéntricos, eran muy estimadas y se usaban como ojos de las imágenes de los Dioses. También se han encontrado en las cuencas oculares de las momias del viejo Egipto. Un antiguo proverbio dice que una mujer que se adorne con un ágata obtendrá todo lo que quiera de los hombres, quienes serán muy pródigos con ellas. Los hindúes adoraban el ágata musgosa que todavía llaman ´Mocha Stones, pues provienen del famoso puerto cafetero de Mocha, en el Mar Rojo.

          Se cree que un anillo de ágata que se exhibe en la catedral de Perugia, Italia, perteneció a la Virgen María. El Obispo de Rennes, que vivió en el siglo XI, decía que el portador de un ágata tendrá el poder de persuasión y obtendrá el favor de Dios.

 

AMATISTA: (La insignia de la Sobriedad)

          Es la piedra que la mayoría asigna al signo astrológico del primer decanato de Piscis y de Aries, y se le atribuye el poder de prevenir las pasiones violentas y los deseos incontrolados, asegurando paz espiritual y sentido de responsabilidad a sus poseedores.

          Se creía que tenía un misterioso poder de proteger la vida de los que desarrollaban actividades peligrosas, como soldados, marineros, y en general a los que portaban armas, y fue el amuleto preferido por los Cruzados. Otros magos le  atribuían la propiedad de hacer dormir a los insomnes.

          Es la novena gema del pectoral del Sumo Sacerdote de Israel, Aarón, y era la piedra de la Tribu de Dan.

          El nombre Amatista proviene del griego que quiere decir ´inembriagable´, es decir que no puede emborracharse quien la lleva. Según la leyenda, una doncella llamada Amatista, se convirtió en figura de cristal de roca transparente por el terror que le produjeron los tigres del Dios Baco. Este, arrepentido, vertió su copa de vino tinto sobre la estatua que tomó para siempre el hermoso color violáceo.

          Las matronas de Roma usaban Amatistas para retener el amor de sus esposos y de acuerdo con una leyenda germana del siglo XI, el hombre que llevara un talismán de Amatista atraería sobre él, el amor de una mujer noble.

          Es la piedra de los obispos y de los antiguos cristianos, quienes suponían que ahuyentaban al diablo. San José y la virgen María solemnizaron su boda con un anillo de Amatista. No hace mucho, el 1 de julio de 1969, cuando el Príncipe Carlos fue investido Príncipe de Gales, en el Castillo de Caernarvon, recibió de manos de su madre, la Reina Isabel II de Inglaterra, un anillo de Amatista como símbolo de responsabilidad y protección.

 

AMBAR: (Símbolo de la sabiduría y gracia divina)

          El ámbar es una de las sustancias semipreciosas que ya conocía el hombre de las cavernas por lo cual no es raro que esté íntimamente ligada a supersticiones y creencias.

          Se la llamó ´electrum´ y cuando el hombre descubrió que frotándolo contra un cuero era capaz de atraer pequeñas partículas orgánicas, aumentó su legendaria popularidad mágica. Fue considerado por los romanos símbolo de sabiduría, virtud y gracia divina.

          Según Plinio ´después que Fetonte hijo de Elios (Dios del Sol) murió fulminado por un rayo y fue sepultado a orillas del río Po, sus hermanos se entristecieron tanto que se convirtieron en sauces y sus lágrimas cayeron al agua, transformándose en ámbar´. Sin embargo, Plinio sabía que el ámbar provenía de una isla del Mar del Norte.

          En Oriente se lo utiliza todavía como incienso en los templos.

          Aún en la actualidad, mucha gente le atribuye propiedades curativas contra los dolores reumáticos, para ello se cuelgan del cuello una bolsita con un trocito de ámbar. Hasta hace poco en Alemania se les daba a los bebés unos trocitos de ámbar redondeados para ayudarlos a la dentición.