Por Néstor Echarte
Los antiguos textos económicos tiemblan en sus bibliotecas ante el paso seguro, decidido y disruptivo del planeta Urano a través del signo de Tauro.
Tan despreocupado como uno de sus representantes más conspicuos, el loco, aquel a quien su rebeldía impidió que el libro de toth le adjudique un número de orden, ignora todo recato en defender y sostener viejos conceptos económicos que otrora fueran caballitos de batalla de cientos de economistas, que condenaron al mundo a padecer la pobreza y la división de clases, agitando los fantasmas de la inflación, la recesión, la no emisión, la necesidad de un respaldo y demás taras del discurso económico neoliberal.