Por Néstor Echarte
En nuestra tarea diaria en la que analizamos los destinos de nuestros consultantes sellados en sus propias cartas natales, tenemos muy en cuenta, todos los años, que el Sol en su movimiento aparente vuelve a su lugar de origen o partida dando lugar, así, a lo que conocemos y analizamos como retorno o revolución solar. También, una vez cada 28 días, la Luna en su movimiento alrededor de la Tierra, vuelve a su lugar de origen o partida dando lugar a lo que se conoce y analiza como retorno o revolución lunar. Algunos mas osados o propensos a la investigación astrológica también tienen en cuenta en sus análisis los retornos de otros planetas, tales como los de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Y mucho más osado e incierto en sus resultados, los análisis de los retornos de Urano, Neptuno y Plutón. Utilizo el término “incierto”, basado en la certeza de que es difícil precisar con total exactitud el momento exacto de retorno a una posición zodiacal natal, de un planeta sumamente lento en cuyo cálculo no se diferencian posiciones mayores al minuto de arco. Esto lo pude corroborar cualquier astrólogo que haya intentado el cálculo de estos retornos mediante la utilización de softwares de cálculo de diferente procedencia, y mucho más incierto también, si la experiencia de cálculo la hace basado en la utilización de efemérides astrológicas.
Por Néstor Echarte
Observatorio de la Montaña Púrpura en China, desde donde se descubre al asteroide Wuhan.
Los astrónomos Chinos responsables del observatorio astronómico de la Montaña Púrpura, jamás llegaron a dimensionar el impacto que tendría en el mundo el nombre del pueblo al que tenían pensado homenajear. Bautizaron con su nombre al pequeño asteroide que acababan de descubrir: Wuhan.
No todos tienen la buena suerte (o mala… según se vea) de contar con un asteroide que lleve su propio nombre, pero Wuhan vió inmortalizado al suyo cuando el 13 de noviembre de 1980 los telescopios del complejo astronómico lograron identificar a este cuerpo celeste, perteneciente al cinturón de asteroides (entre las órbitas de Marte y Júpiter) y catalogado bajo la denominación de 3206 Wuhan (1980 VN1).
Por Néstor Echarte
Las Progresiones Secundarias , de uso corriente entre los recursos preferidos por los astrólogos a la hora de proyectar los eventos indicados en la carta natal a través del tiempo, se basa en la clave simbólica 1 día = 1 año (un día, es igual a un año) , indicándose luego para su cálculo que cada día siguiente al nacimiento de una persona en el tránsito diario de los planetas, es equivalente al transcurrir de un año de su vida.
Podríamos decir que la lectura tomada de las efemérides, día tras día, a partir de la fecha de nacimiento y durante los primeros tres meses de nuestra vida, equivaldría a poder leer los sucesos más importantes de unos 90 años de vida, en forma aproximada.
La utilización de esta clave, no se sustenta en el capricho creativo de un astrólogo desquiciado intentando reinventar la astrología, sino en una coherente observación de dos de los movimientos fundamentales que nuestro planeta Tierra realiza en su órbita constante alrededor del Sol: rotación y traslación.
Por Néstor Echarte
Las conclusiones que los astrólogos vamos obteniendo a lo largo de nuestra práctica diaria, se nutren de pequeños detalles o señales que inscriptas en los temas natales de algunas personas suelen llamarnos la atención. Esto no se constituye en una estadística, pero si en elementos a tener en cuenta, y que muchas veces con el tiempo, pueden dar lugar a trabajos o tareas de corroboración basados en la investigación sistemática de aquello que al principio era una simple coincidencia.
Siempre llamó mi atención el hecho de que en los temas natales de personas relacionadas con alguna fuerza policial, gendarmería o ejército, en las que habitualmente se utiliza algún tipo de armamento y donde predomina aquello que desde el conocimiento popular se denomina “vocación de servicio” lejos de ser la constante la presencia de Marte elevado en sus temas natales (tal como Michel Gaucquelin señalaba en sus nunca verificados trabajos astrológicos basados en la estadística) si encontraba, al principio, una tímida constante que con el tiempo se hacía persistente, y que era el contacto del planeta Marte con Neptuno y en otras oportunidades algunas combinaciones de Plutón con Neptuno.