Sana, sana... colita de rana, si no sana hoy, sanará mañana. ¿lo recuerdas...? o... ¿Te ha sucedido alguna vez, que ante un dolor, llevaste las manos al lugar dolorido? Ante una lastimadura, ¿tomaste un poco de tu propia saliva y la distribuiste por el sitio afectado? Y, ¿has escuchado, quizás, que ante la enfermedad de un hijo, la madre, estando a su lado y acariciándolo hace que el niño mejore naturalmente? ¿Que las madres hindúes masajean todos los días a sus hijos, para que crezcan sin enfermedades? ¿Que los perros, gatos, u otros animales, cuando están lastimados se lamen la zona afectada y "se echan" hasta que se recuperan? ¿De donde nos llegan todos estos actos reflejos tan naturalmente aceptados?
El Hata Yoga, comprende un estudio higiénico completo de bienestar físico basado integramente en la creencia del pranayama o ciencia de la respiración. Esta técnica de respiración, tanto en el YOGA, MEDITACION, ZEN o CONTROL MENTAL, juega un rol primordial, ya que a través de su práctica se debe establecer un ritmo lento, poderoso y natural basado sobre todo en la inspiración y exhalación. La concentración sobre la inhalación desarrolla una gran energía en todo el organismo, el plexo, la cintura, el diafragma, el abdomen, los riñones, las caderas, zonas éstas que generalmente no son energetizadas si no se realiza el ejercicio dirigido para purificar dicha zona. Por la practica de ésta técnica, la respiración se torna habitual a nuestro ritmo, se incorpora a nuestra vida diaria. Con ella podemos lograr controlar las emociones o calmar el espíritu.
La vida es un torrente imprevisible e incontrolable y en ella estamos inmersos con la espectativa de saber que suerte nos depara a cada momento. Intentamos sobrevivir de la mejor manera posible, tratando de resolver, dominados por la incertidumbre, el temor y la ansiedad, cada problema que tenemos. Esperamos que cambie la mala racha y cuando nos toca la buena, sentimos angustia, por no saber en que momento cambiará y deberemos pagar con sufrimiento, todos los favores que la vida se dignó a darnos por breves instantes. Esta creencia se ha hecho carne en nosotros a tal punto que estamos convencidos de que pocas cosas o prácticamente nada depende de nosotros.
Estamos viviendo una fase de transición de nuestro planeta. De una era de oscuridad e ignorancia (me refiero a ignorancia de conocimiento existencial) a una era de luz y sabiduría y amor. Los astrólogos nos informan que es el paso de la era de Piscis a la era de Acuario. Traemos un bagaje heredado de nuestros antepasados, de conceptos sobre la vida que hoy estamos aprovechando, pero que a veces resultan erróneos. Nos inculcaron que la vida es una lucha, que el sufrimiento y el dolor son indispensables para aprender, y que nacemos para sufrir. Hoy todos estos conceptos son obsoletos. A pesar de que todavía hay mucha oscuridad, sufrimiento, ignorancia y dolor, todo está muy publicitado y hasta premiado. Entonces nos llueven noticias macabras y retorcidas que se nos presentan como la realidad de la época.
A pesar que sus principios fueron enunciados hace aproximadamente dos siglos, la homeopatía posee raíces más antiguas. Se trata de un sistema terapéutico distinto particular, y ciertamente revolucionario. El término deriva de los vocablos griegos HOMOIS (semejante) y PATHOS (enfermedad), se puede traducir como ´parecido a la enfermedad´, es decir reproducir en el organismo por medio del medicamente homeopático la enfermedad natural que el organismo padece y de la cual le es imposible liberarse por estar bloqueada su capacidad curativa natural. Este principio filosófico se funda en un aforismo Hipocrático: los semejantes se curan por los semejantes. También esta ley de similitud había sido expresada por Paracelso.