Vuelvo a la carga, y reflotando algunos de los trabajos que hace años realicé en relación a la predicción de terremotos a través de la astrología.
En este, caso, analizando las causas del último sismo que tuvo lugar en Japón, vemos que se cumplen muchas de las consideraciones que en su momento fuimos analizando como elementos a tener en cuenta para el correcto análisis de este tipo de acontecimientos.
No voy a reproducir aqui todos los trabajos realizados en relación a este tema, ya que los mismos se encuentran disponibles en diferentes páginas de astrologia y se pueden bajar en forma completa, con ejemplos y con explicación detallada de las técnicas que utilicé en ese momento.
Solo me gustaría sumar, el análisis de este terremoto con posterior tsunami, para ver si se puede aportar un elemento más a la predicción y localizacion de estos eventos.
El campo de la astronomía aplicada a la investigación astrológica parece fluctuar a través de las distintas épocas, entre una dedicación absoluta a un abandono injustificable. Múltiples pueden ser los motivos de estas fluctuaciones, pero lo cierto es que a medida que los astrólogos contamos con mayores elementos tecnológicos que nos hacen más llevaderos nuestros cálculos y nos permiten profundizar en áreas en otros momentos vedadas, es esa misma facilidad, esa misma tecnología la que se vuelve en contra de los propios cultores de la astrología llevándolos a un abandono total de las viejas técnicas de cálculo, y a un desconocimiento absoluto de los principios fundamentales del mismo, confiando ciegamente en lo que una computadora produce sin entender el porqué de los procesos que se llevan adelante y que justifican luego la aplicación de determinado procedimiento o de una particular técnica astrológica.
El problema que causa el desconocimiento de la hora exacta de nacimiento a los astrólogos puede minimizarse en la medida en que se aplique un correcto método de rectificación de la hora natal. Las Direcciones Primarias bajo el polo del Significador, mediante la utilización de cúspides topocéntricas dirigidas hacia los lugares natales de planetas nos brindan una herramienta formidable para lograr una correcta construcción del tema natal, donde los hechos posteriores se encadenan corroborando la existencia de una hora de nacimiento precisa. Usted podrá rectificar su carta mediante la utilización de fórmulas complejas o simplificando la tarea mediante la utilización de una Tabla de Casas calculada para el lugar de nacimiento. Solo es cuestión de armarse de paciencia y meterse de lleno en la corrección del tiempo de nacimiento. Una técnica que además, sirve para revalidar la realidad de la Astrología. Por Néstor Echarte.
La Astrología Mundana siempre trató de establecer, entre otras realidades, los momentos en los que la Tierra manifestaría uno de sus fenómenos mas sorprendentes y catastróficos, como lo son los terremotos. Las técnicas de proyección planetaria sobre el globo terrestre, y la busqueda de fechas mediante la utilización de Direcciones Primarias nos brinda una herramienta que nos permite optimizar la búsqueda de los lugares de la tierra y los momentos donde podrían ocurrir terremotos de gran intensidad. Gran cantidad de ejemplos corroboran lo acertado de estas técnicas y demuestran además como un terremoto puede encadenarse con otro, formando ´familias´ de terremotos, donde un mismo evento se constituye en causa y efecto. De esta manera diferentes técnicas astrológicas confluyen para lograr un objetivo preventivo, colaborando estrechamente con la sismología. Por Néstor Echarte.
El zodíaco dracónico, o zodíaco del alma, nos permite visualizar la Carta Natal desde una dimensión diferente. La dimensión del pasado, de la historia, del inconciente, de nuestras raíces, y de aquello que traemos al presente como mandato familiar, como herencia psíquica y genética. Coexiste con el Zodíaco Trópico, y forma parte de una unidad donde la presencia de la Luna, aporta a través del significado de su órbita, una forma diferente de evaluar a los signos zodiacales. La relación de nuestro pasado, de nuestras vidas anteriores, de nuestros deseos, con nuestro propio presente, o con las relaciones que vamos profundizando a lo largo de nuestra vida. Por Néstor Echarte.