¿Que utilidad le podemos dar a una vieja Tabla de Casas Astrológicas?

Escribe: Néstor Echarte

 

“Tablas de Casas: ¿vetustos libros para el museo de la astrología o valiosa herramienta para el cálculo de direcciones?¿Para qué sirve una tabla de casas en la actualidad? ¿podemos realizar con ellas el seguimiento visual de las cúspides progresadas bajo cualquiera de los métodos tradicionales?”

 

Una vez me dijo uno de mis profesores de astrología, que solo la presencia de una casa III en el signo de virgo podría haber producido la obsesión de calcular a mano una tabla completa de posiciones de VERTEX para la ciudad de Buenos Aires. La que con el tiempo, y ya con el auxilio de una computadora, devino en la edición de mis Tablas de Casas para el Hemisferio Sur (con la columna adicional del VERTEX).

Conservando aún algunos ejemplares de cada una de esas tablas, me pregunto ¿qué utilidad podrían tener en la actualidad las mismas, cuando absolutamente todo el cálculo astrológico se resume a la utilización de un software adecuado.

Revolución Solar… y algo más…

Por alguna causa, mucho más relacionada con el marketing que con las condiciones y necesidades técnicas de la astrología, las Revoluciones Solares se han impuesto como técnica de pronóstico casi ineludible en el requerimiento constante de los consultantes, y en el beneplácito de los astrólogos que se brindan exultantes a resolver la problemática de aquellos que, año tras año, ponen su destino en manos del retorno anual del Sol, hecho que ineludiblemente ocurre, día más o día menos, para el momento del cumpleaños. Es decir, y hablando técnicamente, para el exacto momento en que el Sol llega al mismo lugar zodiacal que ocupaba en el momento del nacimiento. Fijado ese instante, en espacio y tiempo, construimos la carta de la Revolución Solar (o retorno del Sol) cuyo análisis simbólico nos servirá como guía para el año comprendido entre cumpleaños y cumpleaños.

Luna en Tauro... muy grande... y algo más - por Néstor Echarte

La tan publicitada Luna Llena de hoy, en los 22 grados de Tauro, tal vez no tan grande como algunos noticieros televisivos informaron que se podía llegar a ver, pero si lo suficientemente cerca de la Tierra como para agregar un plus interpretativo a las deducciones astrológicas, responde a un hecho astronómico recurrente, que mes a mes hace que la Luna se sitúe en algún momento de su recorrido orbital en lo que técnicamente se conoce como el Perigeo.