Hemos elaborado un SET completo de alquímicos planetarios que contiene la energía básica y primaria de los planetas y luminarias que forman parte de nuestro Sistema Solar más un punto sensible, y que son, actualmente utilizados en Astrología tradicional y práctica.

 

SOL: El SOL es la estrella principal de nuestro sistema solar y tiene una marcada analogía con la espiritualidad de las personas y con las características de sus comportamientos esenciales. El SOL se corresponde con las ideas de energía, vitalidad, ego, mando, masculinidad, generosidad, organización y los principios de mando y autoridad. La búsqueda del propio centro es una cualidad solar. El contacto íntimo con nuestra energía solar nos permite descubrir cuáles son nuestras cualidades esenciales indicándonos el camino por el cual debemos transitar para reconciliarnos con nuestro yo verdadero y esencial. La duda existencial es un síntoma de que nos alejamos de las cualidades positivas del SOL. También la baja autoestima y cualquier comportamiento que lleve al menoscabo de nuestra identidad. El principio solar fortalece la plena identificación con estas cualidades. El exceso puede llevarnos a comportamientos vinculados al egocentrismo, el despotismo, la tiranía y la exageración. También a confrontar con el principio de autoridad en todas sus manifestaciones.

LUNA: La LUNA simboliza las cualidades del alma y su capacidad de expresión bajo todas las formas de sensibilidad humana. Aquello que nos conmueve, lo que nos llega al corazón, lo que logra conmover nuestras fibras más íntimas se encuentra bajo la injerencia de la LUNA. El contacto con nuestro mundo emocional y nuestra mayor o menor respuesta a estos estímulos se encuentra bajo el dominio lunar. Nuestros principios morales heredados, tanto de familia como de linaje en todas sus concepciones, nuestra memoria emocional, nuestros recuerdos más sensibles, nuestra herencia psíquica, biológica y kármica se encuentran bajo el dominio de la LUNA. Capacidad de sentir, de proteger, de ponerse en el lugar del otro. Capacidad para aceptar la emocionalidad ajena y reconocerse en el otro. La LUNA es representativa de las cualidades femeninas, sobre todo aquellas que corresponden a la madre. Nos reconcilia con el concepto de familia, el concepto de hogar, la pertenencia a un lugar, a un país a una nación.

MERCURIO: El planeta MERCURIO es representativo de los procesos intelectuales. El ejercicio de la memoria, el desafío del aprendizaje, la comprensión de todo tipo de conceptos, sobre todo racionales, la capacidad de comunicar y de recibir información son algunas de las cualidades propias de los procesos mercuriales. MERCURIO nos abre las puertas al conocimiento y a la interacción racional con el otro. Es la capacidad de escribir, de hablar en forma ordenada, de unir conceptos, de realizar procesos deductivos. Es el aprendizaje primario y básico a partir del esfuerzo intelectual. Es la capacidad de fijar conocimientos para luego reutilizarlos y elaborarlos según nuestras necesidades. Representa la capacidad de llegar a otros con nuestras ideas, la cualidad de convencer, la capacidad de entender. Es representativo del diálogo fecundo y de habilidades manuales adquiridas bajo el ejercitamiento de nuestro sistema nervioso.

VENUS: Así como la LUNA representa la capacidad de sentir a través del alma, VENUS es representativo de la capacidad de sentir a través de la piel, el cuerpo y todo nuestro ser, conformando lo que conceptualizamos como sensualidad. Es por eso que se le atribuye la palabra amor, sentimiento, sexualidad, la mayoría de las veces desde la experiencia femenina. La capacidad de comprender y entender el arte en todas sus manifestaciones es un concepto venusino. VENUS genera atracción física y es plenamente receptivo de los sentimientos e intenciones ajenas. Nuestra mayor o menor capacidad de amar es parte del proceso venusino. Es sensible a los estímulos externos vinculados al placer a partir de la experiencia provocada por nuestros sentidos. Estimula lo placentero en un amplio abanico que va desde la sexualidad, hasta el disfrute de una comida o bebida, pasando por la apreciación musical o la comprensión pictórica.

MARTE: Es vital, enérgico, arriesgado, osado, lanzado, atolondrado, violento, irritable, fuerte, activo. Su naturaleza radica en el manejo de la fuerza física y en la dosificación (o no) del enojo, la ira, la fuerza. MARTE representa en nosotros el concepto de violencia y agresión, y hasta donde somos capaces de ejercerlo. Todos tenemos guardado en algún lugar de nuestro ser esta naturaleza marciana que nos lleva a sobrevivir y a defendernos. Muchos en forma natural sabiendo claramente hacia donde se va, y otros en forma desorganizada, respondiendo con violencia y enojo ante el miedo y el temor. MARTE representa nuestra capacidad de construir, de esforzarnos físicamente, nuestra forma de responder ante la agresión, nuestra propia capacidad de agredir. Desde la respuesta medida y organizada hasta la agresión tumultuosa y violenta va la gama representada por MARTE.

JUPITER: Es representativo de la expansión y el crecimiento en todos los sentidos. Significa la capacidad de ver al mundo desde un lugar optimista y positivo. Alimenta nuestro espíritu a partir del acceso al conocimiento y la sabiduría. Capaz de impartir justicia, nos permite discernir con verdadera comprensión la diferencia entre el bien y el mal. Predisposición a cultivar la mente superior, a ahondar en los misterios del espíritu otorgando profundas convicciones religiosas y espirituales. Predispone al conocimiento de lugares lejanos a partir de la experiencia de viajar. Otorga a la mente la capacidad de aprender y comprender a través de vías no del todo ortodoxas y conscientes, ya que predispone al espíritu a considerar a la intuición como una forma más de acceso al conocimiento. Es uno de los gestores de la “eterna juventud” y el pensamiento joven siempre está en sus planes. El buen humor y la predisposición a los festejos y a la recreación forma parte de su caudal de necesidades.

SATURNO: Este planeta maneja sus significados en las áreas de la responsabilidad, el esfuerzo, la seriedad, el respeto, la prudencia, los limites, la puntualidad, el tiempo, los objetivos claros, la capacidad de construir y de concretar. Claro que los excesos pueden conducir a enojos, irritabilidad y a cargar innecesariamente con responsabilidades no propias. Reconoce el valor del esfuerzo y lo pondera, a través de frases como “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”. SATURNO representa el esfuerzo por conseguir un objetivo. La planificación para logarlo. Siempre sus metas son claras y logra sus cometidos. Maneja su capacidad de previsión. Sabe poner distancias adecuadas para preservar su lugar, su entorno y su espacio vital. No todos acceden a su interior ya que sabe protegerlo. Así como es representativo de la sabiduría por la experiencia, puede llegar a la tozudez por capricho e intolerancia. Tendencia a la soledad y a la autosuficiencia. Domina a la vejez y las condiciones en que se llega a la misma, asumiendo el simbolismo de conceptos diametralmente opuestos como lo son “el anciano sabio” o “el viejo decrépito”.

URANO: Es aquel que brinda una mirada diferente, distinta y original sobre todas las situaciones. Maneja la inteligencia intuitiva e inspirada y es responsable de soluciones brillantes a partir de la utilización del pensamiento lateral. URANO sale de la norma, sale de lo corriente. Tiene su propia visión de las cosas y se destaca por la originalidad. Es esencialmente libre, no atado a prejuicios, escapa de las responsabilidades y pone a la verdad por encima de todas las cosas. Es duro en sus conceptos y arrasador en sus efectos demoledores de estructuras enquistadas. No modifica, solo rompe y quiebra. Construye el pensamiento de avanzada, aquello que sale de la norma corriente y que permite destacarse por sus conceptos y elucubraciones diferentes. Es representativo del “EUREKA” del pensamiento inspirado y señala tal como el poeta lo expresa, que “Nunca es dura la verdad, lo que no tiene es remedio”.

NEPTUNO: Es capaz de diluir estructuras sólidas y enquistadas y de socavar las rocas más duras y resistentes mediante el paciente y perseverante concepto de “el agua que horada a la piedra”. Otorga la capacidad de amoldarse a las formas tal como el agua se adapta a su recipiente o los fluidos gaseosos a sus contenedores. Una vez liberado inunda todo con su presencia, impregnando nuestro ser proponiendo un viaje en el que podemos tener la sensación de diluirnos con el infinito. Presente en prácticas como la meditación, el Yoga, o en algunos tipos de visualización donde la mente se integra a una concepción universal. Simboliza los estados místicos y de contemplación, la percepción espiritual de la música y la pintura, o la capacidad de adaptarnos a la esencia de otros personajes mediante prácticas teatrales. NEPTUNO está presente en situaciones donde el engaño es moneda corriente y muchas veces el autoengaño, y genera una dificultad para separar la realidad de la fantasía, ya que podemos vivir la realidad de manera engañosa y a la fantasía como una realidad.

PLUTON: Es el pensamiento profundo basado en hitos anclados en nuestro ser emocional. Con el accedemos al inconsciente colectivo y a nuestro propio inconsciente, en la medida en que estemos entrenados para ello. Genera la capacidad de descubrir aquello que se encuentra oculto, tanto bajo la tierra, como en la psiquis de los demás. Maneja esos mecanismos a la perfección, lo que lo lleva a representar el poder de manipulación, tanto hacia uno mismo, como también la capacidad de manipular a otros. En ese punto el límite es la propia conciencia y la propia moral. Si transgrede esos límites la necesidad de manipular puede convertirse en una necesidad vital, mientras que a quienes toca ser manipulados pueden llegar a vivirlo como un martirio del que es difícil escapar. Puede llegar a ser intensamente obsesivo al igual que intelectualmente profundo. PLUTON está presente en todos los procesos de transformación y cambio en los que participa el ser humano, siendo el testigo principal y el responsable simbólico de los procesos de resiliencia que afectan al mismo.

QUIRON: Genera la capacidad de sanar y/o sanarnos a partir de vivir la experiencia ajena, brindando el don de ubicuidad que nos permite ponernos en el lugar del otro para capitalizar sus propias experiencias y transformarlas en una actitud genuinamente solidaria. Genera empatía con el que sufre y si padecemos de algún sufrimiento nos contacta con quienes generan esa empatía hacia nosotros. Capacidades sanadoras, mágicas, artísticas y curativas. Capacidad de renunciar al propio bienestar para favorecer el desarrollo y mejoramiento de quien sufre y padece. Genera su propio conocimiento acercándose de esta manera a la sabiduría, a través del recuerdo de experiencias ya vividas en el pasado y recreadas por la memoria genética que las acerca al presente representadas como sensaciones kármicas. Solidario y comprensivo, otorga la capacidad mimetizarse con el dolor ajeno y lograr así el aprendizaje. Nos pone frente a la posibilidad de recomponer viejos conflictos y antiguas heridas para que, sin importar el tiempo transcurrido, poder sanarlas.

LILITH: Nuestros sentimientos y pensamientos mas reservados. Aquello que no contaremos jamás. Nuestro potencial seductor más íntimo. Se identifica con la mujer seductora y prohibida para la media del pensamiento masculino. Aquella que es objeto de deseo, pero a la que no siempre se está dispuesto a acceder. Pensamientos a veces oscuros, a veces intensamente sexuales. Preserva nuestro mundo íntimo y reservado, el que no siempre puede traducirse en acciones merced a los filtros impuestos por la sociedad. Exacerbada, nos pone frente al límite de lo que la sociedad demanda para nosotros y en la tentación de traspasar dichas barreras. Simboliza a la mujer libre, aquella que lucha por superar sus propios prejuicios y convertir su esencia en su identidad.

 

NOTAS: